14.12.09

Provenza, 1962. Grupo de estudiantes en una clase. Francois se levanta y lee en voz alta una fábula de Jean de la Fontaine:

"El roble y el junco


El roble le dijo al junco:

es normal que acuse a la naturaleza, para usted una mariposa es una carga pesada, la menor brisa que mueve el agua hace que la cabeza se le arquee. Sin embargo mi tronco semejante a un pico del cáucaso es capaz de detener una tempestad. Lo que para usted es un huracan para mí es una brisa, si creciera a la sombra del follaje con que yo lo cubro todo no tendría usted que sufrir, yo le defendería. pero nace sobre los húmedos bordes del reino de los vientos. La naturaleza es injusta con usted.

Su compasión, respondió el junco, nace de un buen sentimiento pero tranquilo, a mí los vientos no me dan miedo, me inclino y no me rompo, de momento ha tenido que responder sus golpes sin tener que doblar la espalda pero al final ya veremos.

Mientras decía ésto del horizonte sopló con furia el más terrible viento que el norte hubiera llevado jamás hasta ahí. Los dos consiguieron sostenerse, el viento se esforzó y arrancó de raíz a aquel que del cielo estaba mucho más cerca y cuyos pies se hundían en la tierra."


Les Rouseaux sauvages, 1994


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